Firma: Nuria Del Toro Espinosa. Nefróloga, coordinadora de la Unidad de Hemodiálisis de la clínica HLA Santa Isabel de Sevilla y colaboradora de Alegra Salud
Hoy 12 de marzo de 2020 es el Día Mundial del Riñón. Desde 2006 se celebra cada segundo jueves de marzo este día en el que asociaciones sanitarias y de pacientes se unen para concienciar a toda la población de la posibilidad de detectar la enfermedad renal a tiempo de poder tratarla o retrasar su evolución.
La característica principal de la enfermedad renal crónica es que es silenciosa, el riñón puede perder hasta un 90% de su función sin que la persona note síntomas. Por eso es tan importante saber si estamos en riesgo de padecerla, dónde acudir y si podemos hacer algo para prevenirla. Se trata de una enfermedad grave en sí misma, pero que además aumenta el riesgo de padecer infarto de miocardio o infarto cerebral, entre otras complicaciones.
El riñón es un órgano complejo que se ocupa de funciones tan variadas como producir orina, eliminar toxinas y exceso de líquido de la sangre, controlar el equilibrio químico del cuerpo, ayudar a controlar la tensión arterial, ayudar a mantener los huesos saludables y ayudar a producir glóbulos rojos.
La enfermedad renal crónica afecta a un 10% de la población mundial y puede afectar a personas de todas las edades y razas. La mitad de las personas que tienen 75 años o más tienen enfermedad renal en mayor o menor grado.
¿Cómo podemos saber si tenemos una enfermedad renal? En fases precoces la única forma de saber si existe enfermedad renal es realizando sencillos análisis de sangre para ver niveles de urea y creatinina, y análisis de orina para ver, sobre todo, si hay proteínas. En fases más avanzadas se puede notar espuma en la orina, cansancio excesivo, falta de apetito y piernas hinchadas.
¿Qué personas deben acudir al médico para valorar la posibilidad de tener enfermedad renal? Personas con tensión arterial elevada, diabetes, personas que fumen, con sobrepeso, con historia familiar de enfermedad renal y mayores de 50 años… En cualquier caso, es recomendable realizar análisis anuales de sangre y orina en cualquier adulto, ya que son pruebas sencillas, no costosas, poco agresivas y muy sensibles para el diagnóstico.
Para reducir el riesgo:
- Mantente en forma, activo.
- Lleva una dieta saludable.
- Controla los niveles de glucosa en sangre.
- Controla tu tensión arterial.
- Bebe suficiente cantidad de líquido.
- No fumes.
- No te automediques, no tomes antinflamatorios ni medicamentos para el dolor de forma habitual.
- Controla con análisis tu función renal si tienes factores de riesgo.